Esta es una entrada que tenía pendiente desde hace tiempo y es que hace ya mucho que empecé este recetario y no acababa de rematarlo. Se lo he hecho a una amiga que no se cree que dentro de ella hay una estupenda cocinera. Yo sé que sí pero como a todo a la cocina también hay que darle su tiempo y ¡leerse las recetas! Luego ya vendrán la improvisación y la innovación y las variantes de recetas que a ella se le vayan ocurriendo. Pero estoy segura que esta simple libreta decorada con el tiempo se convertirá en un gran tesoro.
Algunos de vosotros ya sabéis de mi afición a la cocina, y los que me conocéis sabéis que disfruto a lo grande con ella (también me da disgustos, no creáis que no). El caso es que mi forma de entender una receta va más allá de ser un listado de ingredientes e instrucciones. Cada receta que preparo es todo un proceso: desde que pienso lo que quiero hacer y para qué, pasando por la elaboración en la que intento poner siempre todo el cariño y todo lo mejor que sepa de técnicas (muy elementales, claro) y el disfrute que resulta de compartirlas finalmente con la familia. En fin, que con este recetario me pasa igual y tengo la ilusión de que a María también le pase, y que se convierta en un cuaderno de recuerdos y experiencias, de disfrutes, de calorcito de ese rico que traen las recetas y tradiciones familiares. El tiempo nos lo dirá, pero yo confío plenamente en ella.
Para hacer este recetario he descuartizado, así tal cual, un cuaderno que compré en Tiger. Digo descuartizar porque después de abrir la portada le clavé el cúter de arriba a abajo, así, sin miramientos, y a partir de ahí empecé a trabajar. Bueno, como veis es muy sencillito y sólo tiene una mínima decoración. Estos son los pasos:
- Portada y contraportada: Para decorarlas utilicé el papel "Best friends" de Pebbles, ya que me parecían muy de su estilo. Ella es muy Mr. Wonderful y estos papeles tienen ese aire simpático. Forré la portada y contraportada con el estampado principal y el lomo con la parte trasera de lunarillos. En el interior pegué una cartulina fucsia con la que uní las tapas a las hojas de la libreta, arreglando así el destrozo que hice cuando clavé mi cúter. La verdad es que quedó bastante aparente, yo no daba un duro porque quedara bien. El cartelito de la portada lo hice con el ordenador y le añadí un sello de Lawn Fawn coloreado con Spectrum Noir. En la contraportada hice un par de agujeros para colocar una goma que fijé con dos ojetes. Y tapando los ojetes (que siempre me quedan fatal por la parte no decorativa) hice un bolsillo de fuelle similar al que traía de partida la libreta. Me gustó mucho este tipo de bolsillo y lo mismo cualquier día os pongo un paso a paso para hacerlo.
- El interior: El interior no quise decorarlo ni escribirlo (la idea es que ella se haga su propio recetario) pero sí lo delimité un poco teniendo en cuenta que:
- le gusta la comida salada y nada el dulce
- a veces prepara algún postre para los demás
- en su familia tienen alguna receta de bebidas que forman parte de la tradición familiar
Por eso hice tres separadores en la misma cartulina fucsia decoradas con círculos con falso cosido que contenían sellos estampados de Lawn Fawn alusivos al contenido de esa sección: salado, dulce y bebidas.
- La funda: Para rematar el recetario y pensando lo que se suelen manchar las cosas en la cocina decidí hacer uso también de mi parte costurera, y le preparé una sencilla funda para proteger el recetario. Forro de libros, cinta al bies y mi máquina de coser para hacer esta funda. En fin, me tuerzo muy recto, pero es que no soy una profesional de la materia, pero el peguillo lo da y protege.